Vacua Consciencia
Aleatorios pensamientos de una consciencia consciente
jueves, 23 de febrero de 2023
martes, 8 de noviembre de 2022
Ensayo #2.1
Retórica del Pensamiento Emprendedor Latinoamericano - Part. 1
Dentro
del imaginario colectivo latinoamericano contemporáneo se hallan presentes una
amalgama de ideas, afirmaciones y conceptos que dan pie a la práctica y sirven
como el sostenimiento de un pensamiento con matices y alcances clasistas y racistas.
Una variante ideológica que se enfoca principalmente en la diseminación de mensajes
específicos esparcidos con celeridad por medio de los medios masivos digitales,
con atractivas pautas publicitarias donde se resaltan las acciones de una
enfermiza acumulación de aparente capital, la exaltación del ego y la
supremacía individual por encima y a costa del colectivo, el hedonismo material
sin restricciones y el desprecio por el colectivo incapaz de superar su
condición de clase por las condiciones económicas y culturales reinantes en su
entorno. Haciendo uso de prácticas propias de cultos y/o sectas, las
organizaciones e instituciones establecidas para propagar dichas ideas fomentan
el fanatismo entre los individuos que buscan adoctrinar, transformándolos en
una especie de ganado sin criterio, los conducen de tal forma que se convierten
en simples peones sin criterio propio, en donde los cuestionamientos dirigidos
hacia la figura de autoridad, la mayoría de veces representada a través de una
persona masculina, a la cual se le enviste con un aura mesiánica capaz de
brindar soluciones inmediatas a problemáticas con un profundo enraizamiento de
causas y particularidades fuertemente ligadas a las condiciones emanadas de
problemáticas históricas, políticas, económicas y culturales con una vigencia
heredada de siglos atrás.
Aclarando que el contexto social propio de las circunstancias descritas, obedece a las resultantes de las profundas crisis afrontadas por la totalidad de los países latinoamericanos a mediados y finales del siglo XX, producto de la política de intervencionismo estadounidense en busca de imponer regímenes que se alinearan a las directrices venidas desde el país de las barras y las estrellas, esto con el fin de procurarse gran parte de los recursos naturales y la riqueza producida por la comercialización de los mismos para continuar manteniendo la hegemonía geo-política no solo en América, sino en gran parte del globo terráqueo. Como parte del aparato intervencionista, se consolido una maquinaria propagandística con sustento en las ideas liberales económicas aplicadas a escala masiva en cada uno de los aspectos de las sociedades latinoamericanas, propagando ideas tales como la aversión hacia ideologías político-económicas que servirían como un contrapeso o alternativa, por mencionar al comunismo; llegando al extremo de catalogar dentro de la ideología anteriormente mencionada cuestiones tan básicas y esenciales como lo serían los derechos humanos y su defensa ante constantes violaciones de los mismos, el acceso a servicios como salud, educación y vivienda, la asociación comunitaria como alternativa hacia la disfuncionalidad de los estados fallidos manejados por los regímenes títeres del imperio y su consecuentes criminalización y erradicación. En un siglo fuertemente rememorado por las múltiples revoluciones que se dieron a lo largo del continente, cuyas acciones concretas en busca del bienestar de los pueblos que las llevaron a cabo fueron desbaratados gracias a la colusión de los sectores de las corrientes conservadoras más extremas, cuyos intereses particulares se veían seriamente afectados al perder el control sobre el andamiaje económico de cada país, siendo estos los mejores aliados que la potencia del norte tuvo para llevar con éxito los planes de intervencionismo y derrocamiento de diversos gobiernos, algunos llevados al poder por el voto de la mayoría popular.
Al
tratarse de un plan con metódicas implicaciones se desarrollaron procesos que abarcaron
los aspectos económicos, sociales, culturales, religiosos e ideológicos, con el
fin de controlar cada uno de estos; se establecieron planes para la aplicación
de políticas para liberar el mercado dejando de lado un sinnúmero de
restricciones y otorgando el poder de monopolizar el intercambio de mercancías
a específicos sectores quienes fueron desarmando las bases que sostenían las
políticas que buscaban garantizar un mínimo de dignidad en las condiciones de
vida del pueblo. Fomentando la privatización de los servicios públicos
dejándolos en manos de empresas carentes de ética y con prácticas de
cuestionable moral, se anularon un gran número de instituciones o decretos en
donde se garantizaban los derechos garantes en las constituciones de varios países,
aplicando campañas de terror contra la población civil haciendo uso de los
recursos armamentísticos de las fuerzas armadas, policías secretas y grupos
paramilitares con asesoría y entrenamiento dados por especialistas venidos del
norte. Implantando la idea de desvalorizar la asociación comunitaria como
método para socavar las muestras de solidaridad de clase para privilegiar el
individualismo hasta recaer en el extremo de la total desconexión entre los
individuos de una misma clase social que confluían en un entorno en específico.
Así como del norte se exportó armamento, entrenamiento y muerte, también se
exportó una estructura ideológica de implicaciones político-religiosas, con la
cual se buscaban justificar o camuflar los fragantes crímenes cometidos por los
regímenes títeres. No es casualidad que a finales de la década de los 80´s en
gran parte del continente americano florecieran las iglesias de carácter
protestante-evangélico, movimientos que fueron establecidos por medio de
misiones estadounidenses quienes actuaron como agentes del imperio con
conocimiento total o parcial de las intenciones del mismo.
Aunado a la propagación protestante se dio inicio a otro proceso enfocado en el aspecto económico, cuyo establecimiento requería la liberación de la economía, reformando o anulando muchas regulaciones procurando mantener el beneficio que venía de la mano con la riqueza producida para los actores principales del proceso: 1. El gobierno de los Estados Unidos con todas las altas esferas de poder involucradas. 2. Los regímenes dictatoriales que servían de títeres, y protegían los intereses de la potencia extranjera. 3. Los grupos privilegiados que aprovecharon la situación para preponderar su posición con respecto al resto de la población de sus países de origen. En muchas partes del continente se comenzó con las expropiaciones de tierra a diversos pueblos originarios, campesinado o población en general para otorgarlo a transnacionales de capital extranjero con el fin de explotarlo de manera ecológicamente irresponsable causando un grave detrimento en las condiciones de vida de las poblaciones civiles establecidas en los alrededores y desembocando en catástrofes ambientales y ecológicas. Una gran parte del porcentaje de beneficio económico que resultaba de las actividades productivas establecidas en vastos territorios del continente americano llenaban las arcas del imperio, enriqueciendo a los actores involucrados en los planes de dominación y saqueo, dejando migajas a los gobiernos títeres y grupos de poder involucrados, quienes a su vez se apropiaban de estos recursos para su particular beneficio y privilegio, olvidándose por completo de los estratos más desprotegidos de las sociedades de cada republica saqueada. La implementación de las políticas de liberación económica supuso una preponderancia del sector privado en la actividad productiva, un sector compuesto por grupos de familias, gremios e individuos empeñados en manejar los medios de producción y control económico del país al que pertenecían, resaltando en la práctica de dinámicas racistas, clasistas, xenofóbicas y machistas como cimientos para su propia ideología de supremacía sectaria. Así mismo se dejó en manos de estos grupos el cumplimiento de los derechos laborales de millones de trabajadores de las distintas industrias, campesinado rural y obreros en general; derechos laborales cuyo cumplimiento se fue degradando al punto de convertirse en una utopía olvidada.
Como
respuesta al detrimento de las condiciones de vida y las constantes violaciones
a los derechos humanos básicos de la población en general, se originaron
respuestas de corte bélico con el surgimiento de diversos grupos de resistencia
y rebelión armados cuyo fin era el derrocamiento de los regímenes dictatoriales
en cuestión. Desencadenando conflictos internos, guerras civiles y focos de
tensión a lo largo del continente, desembocando en un recrudecimiento en la
violencia tanto estatal con mecanismos como la represión, el terrorismo de
estado y las desapariciones forzosas, como la venida por parte de grupos
paramilitares e insurgentes, haciendo sentir con especial saña en las ingentes
masas de población civil, quienes sin estar directamente involucradas en los
conflictos los alcances contextuales no le eran ajenas. Para contrarrestar la
influencia mediática que pudiera hacer mella dentro de imaginario colectivo de
las masas civiles, se utilizaron los medios de comunicación masivas para
diseminar propaganda con un tono ideológico fuertemente marcado por el
conservadurismo, haciendo uso de información altamente manipulada y
tergiversando muchos eventos y circunstancias históricos, datos estadísticos,
estudios sociales parcializados y mensajes de subliminal connotación; dando
como resultado la construcción de mecanismos propagandísticos masivos que se
anclaron de manera eficaz en la mentalidad de gran parte de la población civil que
padecía los embates de la violencia bélica.
Producto de la reiterativa criminalización y represión hacia los intentos de asociación y solidaridad comunitaria, se consumó un proceso de supremacía y adoración hacia la superación individual con un marcado sentido hedonista y consumista enfocado en el beneficio material y el privilegio económico, sin reparar en la decadencia de la dignidad de vida del colectivo, el cual era observado como ajeno al individuo adoctrinado al punto de ser despreciado y tachado con epítetos despectivos. Las características principales de la mentalidad de los individuos que abrazaron la ideología descrita con anterioridad constaban de: Excesivo egoísmo producto del desbordante egocentrismo, una visión altamente ideologizada y adoctrinada de la realidad social de su contexto, desprecio hacia las clases etiquetadas como inferiores, una negación hacia la influencia que tenían los mecanismos de control económico y la absurda interpretación dada a los eventos históricos y políticos dados en sus países y territorios con alta influencia geo-política del imperio del norte. Las explicaciones metafísicas para los fenómenos culturales y sociales que se daban dentro de la interacción de las diversas clases que componían los estratos sociales no poseían fundamentos materiales o dialecticos, se les abordaba desde una perspectiva puramente idealista, con matices espirituales y religiosos haciendo uso de discursos proféticos en donde engrandecían los nacionalismos y las figuras de autoridad ligadas a las tendencias conservadoras.
Continuara...
sábado, 21 de mayo de 2022
Prefacio #3.1
Las Manifestaciones de la Surrealidad Intrínseca - Part. I
Como seres pertenecientes a la especie denominada como Homo Sapiens, lo que en otros términos vendría siendo el hombre moderno, que según registros arqueológicos más antiguos apareció en África entre hace más de 300,000 a 195,000 años atrás, con las características evolutivas que determinaron la fisionomía que aun actualmente poseemos; teniendo como hecho determinante para diferenciarse de otras especies antecesoras la fabricación de rudimentarias herramientas utilizando materiales como piedra o madera, esto como muestra de un adelanto en el nivel de entendimiento de su entorno y de los usos a los que podía someter a los materiales que la naturaleza le proveía, esa nueva complejidad adquirida fue gracias al aumento de la masa cerebral, y por ende de las conexiones cerebrales existentes, más cabe aclarar que aún con estas muestras de entendimiento harían faltan muchos milenios para que nuestra especie diera el salto definitivo que le permitiera crear una sólida base intelectual sobre la cual edificar la estructuración definitiva de lo que se denominaría como sociedad.
Regresando al punto de partida que fue la aparición de los primeros especímenes del Homo Sapiens, me centrare en un aspecto que fue y sigue siendo fundamental para la subsistencia no solo de nuestra especie sino de, y corriendo el riesgo de caer en una equivocación, cada una de las especies de seres vivos, tanto animales como vegetales, existentes o extintas; tal aspecto a mencionar es el del proceso de comunicación, un proceso tan antiguo como la aparición de la vida misma en su versión más primitiva. Dicho proceso se ha tornado a lo largo de los años, en un pilar fundamental para la existencia del ser humano, al ser el medio por el cual ha sido capaz de procesar la información recibida de los estímulos externos a través de sus sentidos sensoriales, desde la más minimalista expresión de lenguaje o intento de comunicación hasta los más avanzados y masivos sistemas comunicativos actuales que se dan entre dos o más individuos o un individuo con su entorno, está implícita la necesidad de comprensión y asimilación de formas físicas, entornos ambientales y la interconexión de actos que deriven en un fin en específico, y con la estructuración de antiguas civilizaciones el entendimiento de conceptos con cierto grado de complejidad que exigieron que dicho proceso fuera evolucionando para poder adaptarse a las necesidades surgidas debido a la intrincación de la relacionalidad que se fue dando entre nuestros antepasados, sin embargo existe un intenso debate en cuanto a cómo fue dándose este proceso de comunicación, más específicamente en cuanto al surgimiento de un lenguaje estructurado, las discusiones en torno al tema han sido tan acaloradas, repetitivas y persistentes que en el año 1886 la Sociedad Lingüística de París decidió levantar una prohibición sobre tal tema, los argumentos esgrimidos para tal prohibición fueron que todas las teorías existentes que buscaban dar solución a la problemática eran Wtan contradictorias entre sí que nunca lograrían llegar a un consenso, esto llevo a que el tema en cuestión fuera relegado al ostracismo durante casi todo el siglo XIX.
La necesidad de transmitir el estado de su sensibilidad que es inherente en cada ser vivo que posee cierto grado de intelecto, fue la razón que condujo no solo al surgimiento de las lenguas, sino así mismo a plasmar los hechos cotidianos que se daban en el entorno en el que habitaba el ser humano antiguo, de esta forma se dio inicio a lo que es la pintura, denominada como rupestre, ya que la creciente necesidad de interpretación de los acontecimientos diarios hicieron obligatoria la creación de un medio que tuviera una dimensión material, ya que hasta ese momento las únicas formas de expresión poseían solamente una dimensión sonora. Con el pasar de los siglos y los cambios ineludibles que se dan en todo proceso evolutivo, el ser humano ahora de hábitos sedentarios debido al surgimiento de una novedosa practica llamada como agricultura, provocaría un cambio importante en las regiones donde se estableció, es durante este periodo que nacen las civilizaciones más arcaicas de las que se tiene registro, todo esto debido a la conjugación de condicionantes tales como: la aglomeración en poblados cada vez más extensos, establecimiento de relaciones sociales avanzadas, jerarquización de clases sociales, aparición de estructuras administrativas y de poder, creación del comercio, al incrementarse los intercambios de materias a larga distancia, derivando en la introducción de la moneda y el aspecto que marcaría un antes y un después en la historia de la humanidad, el surgimiento de la escritura. Fue a partir de la implementación de esta vital herramienta que la humanidad dejo atrás a la Prehistoria e inicio a guardar en registros escritos las eventualidades de importancia que se iban sucediendo, la realidad de su entorno adquirió una dimensión lingüística que condujo a una ampliación en las bases epistemológicas, que hasta ese momento buscaban dar explicación a las interrogantes que la humanidad poseía, interrogantes surgidas a partir del hecho de su propia existencia.
Los eventos naturales que estos antiguos humanos atestiguaban fueron dotados de un aura mitológica, dando inicio a la creación de uno de los pilares fundamentales en la construcción de la identidad humana, la tradición escrita, con la acción de registro de las distintas eventualidades sociales, culturales, políticas y comerciales a través de relatos cargadoscon cierta dosis de ficción; las antiguas civilizaciones dotaron a la palabra escrita de las variadas dimensiones que definieron la naturaleza propia del lenguaje, entre las que se encuentran la estructural, funcional, comportamental y representativa; estas dimensiones se engloban dentro de todo el proceso de comunicación en el que es utilizado algún tipo de lenguaje. Pretendo hacer especial énfasis en la palabra escrita, debido a que supone uno de los avances más significativos en cuanto a los aspectos del conocimiento existente en la época de su creación, un conocimiento que, si bien con aura de misticismo implícita, guardaba los datos necesarios que hicieron que solamente las clases pudientes de esa época les fuera permitido el acceso a los mismos, negándoles a los estratos más bajos de esas arcaicas sociedades la obtención del discernimiento que propiciara en la toma de consciencia de su precaria situación y amenazara con quebrantar las estructuras de poder y dominio que sobre su capacidad de obtención socioeconómica se asentaban. La única forma en la que se les permitía un acceso limitado a ese cúmulo cognoscitivo de información era a través de la interpretación de las figuras investidas por la autoridad de manejar los aspectos religiosos y rituales que surgieron en dichas civilizaciones al darse una sistematización de la espiritualidad, no está demás decir que la interpretación dada por estas figuras sacralizadas, era una visión parcializada y acorde a la perpetuación de las estructuras sociales de jerarquización y de la preservación de los intereses particulares que hacían confluir en una frágil armonía a dichas estructuras.
martes, 14 de diciembre de 2021
Prefacio #2
Reflexión Primera Sobre el Suicidio
Entiéndase al suicidio como el acto voluntario que comete el individuo de arrebatarse la vitalidad, desechando el ser para sí de la existencia. En el suicidio se hace manifiesta la máxima existencialista que sentencia al individuo a ser, un ser condenado a la elección. Elecciones que por consiguiente acarrearan consecuencias sujetas a la interpretación del individuo que las padezca, así como para el grupo social que por lazos culturales, socioeconómicos o afectivos, este en cercanía con él.
Se debe aclarar que la voluntad de elección engendra en el individuo una suerte de ilusión de libertad, libertad que no es más que una falsa confianza atribuida a la necesidad de creación de recursos que este individuo necesita para reafirmar la idea, establecida desde la infancia, de que él es “dueño de su destino”, destino que está preestablecido aun desde antes de su concepción. Perpetuando la invisibilidad en la que se ha imbuido al sistema dominante; sistema que maneja desde las relaciones de sociabilidad, de producción y de pensamiento. El sistema dominante, al ser el que condiciona los tipos de relación antes mencionados, dota de su influencia directa al acto de elegir, al ser el mismo que domina, las opciones que derivaran de las elecciones que se harán presentes a lo largo de la temporalidad en la que el individuo se desenvuelva. Por lo que el acto de enraizar el concepto de libertad en el pensamiento colectivo se ha convertido en el acto fundamental para lograr la invisibilización del sistema, logrando que la voluntad de los individuos se apegue al sistema, luchando por la subsistencia del mismo al percibirlo como necesario y vital para la propia subsistencia.
Esta invisibilización sistemática tan magníficamente lograda en los tiempos de la posmodernidad, se manifiesta en subsistemas dominantes de menor escala o enfocados a facetas específicas del individuo, tales como el aspecto religioso, el aspecto productivo y el aspecto afectivo; que han tachado al acto del suicidio, por parte del aspecto religioso, de pecado imperdonable; por parte del aspecto productivo, de un desperdicio de seres que bien podrían producir y consumir para beneficio del sistema y por parte del aspecto afectivo, al tachar al suicida de cobarde, causante de una ruptura en el tejido primario de sociabilidad, como lo es la familia, creando un estigma negativo que rodea tanto al individuo y como a la familia. Enumerando los aspectos, que a mi parecer, han dotado al acto del suicidio de un aura de negatividad extrema, convirtiéndolo en un acto prohibido, ilegal en ciertos momentos y lugares de la historia humana, categorizándolo como un tema tabú, propio de individuos trastornados y con problemas psicológicos severos, mismos individuos que el sistema dominante ha engendrado en el inhumano mecanismo de su existencia.
martes, 23 de noviembre de 2021
Prefacio #1
Testimonio de mi Enterrada Sensibilidad
Del sufrimiento han surgido las almas más fuertes. Los caracteres más sólidos están plagados de cicatrices. Khalil Gibran
Desde temprana edad y debido al ámbito socio-cultural en el que se ha desarrollado mi vida, ha habido un concepto de enseñanza que sobresalía por entre todos las demás, la contrariedad en la vida que surge en la búsqueda interminable de la felicidad. El discurso predominante pregonado por los sistemas de propaganda era el de la felicidad contenida en productos innecesarios para la sobrevivencia, una reducción mercantilista de la sensibilidad humana. Apelando al deseo para la satisfacción de necesidades artificialmente creadas con el único fin de perpetuar una insatisfacción que condujera al constante consumo de mercancías descartables en un periodo corto de tiempo.
Dejando de lado los esquemas de pensamientos impuestos durante la infancia, las emocionalidad que los estímulos externos causaban en mi sensibilidad siempre causaron una conflictividad interna alimentada por la actitud introvertida de mis actos. Combinado a sucesos trágicos y desenlaces infortunados que se han ido presentando durante mi paso por la existencia, la respuesta sentimental externa que he profesado ha sido la de la anulación total de los sentimientos o también denominada como apatía, respuesta que me ha dotado de una tranquilidad insospechada aunque acompañada de un aislamiento por momentos tortuoso; admitiendo mi condición de ser humano, ser sociable por naturaleza, he entendido que la sociabilidad con mis demás congéneres llevara implícita una emocionalidad inherente al proceso de fraternización. He aprendido a apreciar la soledad a la que mis decisiones me han llevado, y en ciertos momentos ha sido motivo de goce, sin embargo considero que la labor del poeta no puede llegar a ser completada sin la constante experimentación de la emociones contenidas en su sensibilidad externa e interna; se hace necesario que se llegue a poseer una especie de colección de experiencias referentes a emociones y sentimientos para poder proveerse de la imprescindible inspiración que debiera de ser utilizada al momento de componer versos. El secreto del poeta reside en sus experiencias. Referente a la emocionalidad existe todo un espectro que ha sido erróneamente dividido entre emociones negativas y emociones positivas, es un nefasto error tal división ya que darle una connotación negativa a una parte de tal espectro solo lleva a la errada supresión de esas emociones tachadas como perjudiciales, negando el debido procesamiento en la psique, derivando en manifestaciones físicas patológicas, que en tiempos posmodernos se han buscado aliviar con medicamentos y combinaciones químicas que terminan agravando patologías ya existentes y/o causando otras nuevas.
La complejidad del ser humano reside, a mi parecer, en el constante desentendimiento consigo mismo, el miedo injustificado que deviene de poseer el conocimiento del ser dentro de sí, temor que ha sido infundado debido al inconveniente que surge del hecho de que toda persona consciente de su propia existencia, insignificante y efímera busque de otros medios menos materiales para la satisfacción de sus necesidades. Cuando una persona da inicio con el proceso de conocimiento sobre el ser dentro de sí, los temores e incertidumbres se van apegando a una dimensión de su psique que ya no condiciona sus actos, se comienza con la aceptación de la imperfección propia y el desechamiento de los condicionamientos que regularizado sus conductas.
Centrándome nuevamente en la idea de que el poeta debe de ser susceptible al espectro emocional dentro de sí, sin negarse a experimentar la totalidad del mismo pero sin que uno o varios aspectos del mismo dominen su interpretación consciente de la realidad, ya que si solamente se centra en un solo aspecto del dicho espectro, su narrativa poética llegara a perder la precisa variedad temática que despierte la sensibilidad del lector. Todo poeta debe aspirar, como mínimo fin el despertar en el lector la experimentación del mayor porcentaje del espectro emocional posible, de plasmar en sus versos la sensibilidad que sintetice en palabras la sublime presencia de la estética en la totalidad de los ámbitos que se dan en los procesos de sociabilidad del ser humano. Así mismo se hace indispensable una extraordinaria sensibilidad a la infinita variedad de los estímulos externos, una sensibilidad en extremo receptiva y con la capacidad de percibir eventos que suelen pasar desapercibidos para la mayoría de las demás percepciones sensibles o son simplemente ignorados; eventos insignificantes como la caída de un hoja, el batir de las alas de una mariposa, el reflejo de un haz de luz en alguna ventana pueden llegar a causar en la percepción del poeta, una representación de hechos encadenados que llevan a que este entreteja gracias a su talento una serie de palabras que conjugadas le den voz a esos minúsculos eventos y haga perceptible para las masas la escondida estética tras la pequeñez o la simpleza.
Existen diversas metodologías, de las cuales todo poeta dentro de sus capacidades puede hacer uso, metodologías establecidas por hábitos, costumbres o elecciones que condicionaran el proceder al momento de la escritura; igualmente son diversos los instrumentos a los que el poeta recurrirá para canalizar las enseñanzas que ha ido recolectando gracias a las experiencias, aunque muchas veces este proceso de canalización puede llegar a tornarse desgastante, pues suele hacerse necesario desencadenar un proceso de disociación que permita la alteración de la temporalidad en la que el poeta se halle, aclarando que es en sentido figurado lo anteriormente explicado; todo con el único fin de revivir la remembranza de la vitalidad perdida por hallarse en eventualidades pasadas. Decir que la inspiración poética asalta con mayor intensidad por las noches suena a cansado cliché, sin embargo tal suposición esta imbuida en un aura poética de extremada tentación; el acto de componer versos durante la vigilia, aceptando la invitación que el silencio hace a la soledad del poeta, es de un innegable goce. Al estar sumido o rodeado por el silencio del exterior, se le dota al interior con la suficiente voluminidad para que logre el eco suficiente para quebrar la impuesta ignorancia con la que a diario se intenta acallar la mayormente tormentosa voz de la conciencia. Estando en una circunstancia de silencio es ineludible la confrontación con los más profundos temores, los más ocultos deseos y los más olvidados traumas, es debido a esa singular razón que la consciencia del poeta tiene una suerte de tormento con la que se debe de lograr un equilibrio para no sucumbir ante ella.
Volviendo a la experiencia personal que he obtenido debido al acto reiterado de componer poesía, debo de reconocer que ha sido desde terapéutico hasta catártico, pudiendo permitirme una exploración por ámbitos de mi pensamiento de los que ignoraba su existencia. Ha llegado a convertirse en una aliada indispensable en las tortuosas noches de inacabable insomnio, en un solicitado consuelo en medio de las conflictividades de mi humanidad y en el esencial instrumento que me ha permitido dar una profunda exploración psicológica a mi emocionalidad y a la aceptación del espectro completo de sentimientos que han surgido de las experiencias que eventualmente se han sucedido en mi existencia. Como conclusión solamente me queda expresar que el disfrute que he llegado a experimentar al momento de componer los versos que serán leídos a continuación ha sido de un gusto agradable, dándome entendimiento acerca de los secretos que solamente se obtienen luego de horas de dedicación, de repetidas lecturas y correcciones y sobre todo de sinceridad para con el ser dentro de mí.
Guatemala, 31 de agosto de 2019.
Prefacio del libro "Lirismo Romanticista".
Desde temprana edad y debido al ámbito socio-cultural en el que se ha desarrollado mi vida, ha habido un concepto de enseñanza que sobresalía por entre todos las demás, la contrariedad en la vida que surge en la búsqueda interminable de la felicidad. El discurso predominante pregonado por los sistemas de propaganda era el de la felicidad contenida en productos innecesarios para la sobrevivencia, una reducción mercantilista de la sensibilidad humana. Apelando al deseo para la satisfacción de necesidades artificialmente creadas con el único fin de perpetuar una insatisfacción que condujera al constante consumo de mercancías descartables en un periodo corto de tiempo.
Dejando de lado los esquemas de pensamientos impuestos durante la infancia, las emocionalidad que los estímulos externos causaban en mi sensibilidad siempre causaron una conflictividad interna alimentada por la actitud introvertida de mis actos. Combinado a sucesos trágicos y desenlaces infortunados que se han ido presentando durante mi paso por la existencia, la respuesta sentimental externa que he profesado ha sido la de la anulación total de los sentimientos o también denominada como apatía, respuesta que me ha dotado de una tranquilidad insospechada aunque acompañada de un aislamiento por momentos tortuoso; admitiendo mi condición de ser humano, ser sociable por naturaleza, he entendido que la sociabilidad con mis demás congéneres llevara implícita una emocionalidad inherente al proceso de fraternización. He aprendido a apreciar la soledad a la que mis decisiones me han llevado, y en ciertos momentos ha sido motivo de goce, sin embargo considero que la labor del poeta no puede llegar a ser completada sin la constante experimentación de la emociones contenidas en su sensibilidad externa e interna; se hace necesario que se llegue a poseer una especie de colección de experiencias referentes a emociones y sentimientos para poder proveerse de la imprescindible inspiración que debiera de ser utilizada al momento de componer versos. El secreto del poeta reside en sus experiencias. Referente a la emocionalidad existe todo un espectro que ha sido erróneamente dividido entre emociones negativas y emociones positivas, es un nefasto error tal división ya que darle una connotación negativa a una parte de tal espectro solo lleva a la errada supresión de esas emociones tachadas como perjudiciales, negando el debido procesamiento en la psique, derivando en manifestaciones físicas patológicas, que en tiempos posmodernos se han buscado aliviar con medicamentos y combinaciones químicas que terminan agravando patologías ya existentes y/o causando otras nuevas.
La complejidad del ser humano reside, a mi parecer, en el constante desentendimiento consigo mismo, el miedo injustificado que deviene de poseer el conocimiento del ser dentro de sí, temor que ha sido infundado debido al inconveniente que surge del hecho de que toda persona consciente de su propia existencia, insignificante y efímera busque de otros medios menos materiales para la satisfacción de sus necesidades. Cuando una persona da inicio con el proceso de conocimiento sobre el ser dentro de sí, los temores e incertidumbres se van apegando a una dimensión de su psique que ya no condiciona sus actos, se comienza con la aceptación de la imperfección propia y el desechamiento de los condicionamientos que regularizado sus conductas.
Centrándome nuevamente en la idea de que el poeta debe de ser susceptible al espectro emocional dentro de sí, sin negarse a experimentar la totalidad del mismo pero sin que uno o varios aspectos del mismo dominen su interpretación consciente de la realidad, ya que si solamente se centra en un solo aspecto del dicho espectro, su narrativa poética llegara a perder la precisa variedad temática que despierte la sensibilidad del lector. Todo poeta debe aspirar, como mínimo fin el despertar en el lector la experimentación del mayor porcentaje del espectro emocional posible, de plasmar en sus versos la sensibilidad que sintetice en palabras la sublime presencia de la estética en la totalidad de los ámbitos que se dan en los procesos de sociabilidad del ser humano. Así mismo se hace indispensable una extraordinaria sensibilidad a la infinita variedad de los estímulos externos, una sensibilidad en extremo receptiva y con la capacidad de percibir eventos que suelen pasar desapercibidos para la mayoría de las demás percepciones sensibles o son simplemente ignorados; eventos insignificantes como la caída de un hoja, el batir de las alas de una mariposa, el reflejo de un haz de luz en alguna ventana pueden llegar a causar en la percepción del poeta, una representación de hechos encadenados que llevan a que este entreteja gracias a su talento una serie de palabras que conjugadas le den voz a esos minúsculos eventos y haga perceptible para las masas la escondida estética tras la pequeñez o la simpleza.
Existen diversas metodologías, de las cuales todo poeta dentro de sus capacidades puede hacer uso, metodologías establecidas por hábitos, costumbres o elecciones que condicionaran el proceder al momento de la escritura; igualmente son diversos los instrumentos a los que el poeta recurrirá para canalizar las enseñanzas que ha ido recolectando gracias a las experiencias, aunque muchas veces este proceso de canalización puede llegar a tornarse desgastante, pues suele hacerse necesario desencadenar un proceso de disociación que permita la alteración de la temporalidad en la que el poeta se halle, aclarando que es en sentido figurado lo anteriormente explicado; todo con el único fin de revivir la remembranza de la vitalidad perdida por hallarse en eventualidades pasadas. Decir que la inspiración poética asalta con mayor intensidad por las noches suena a cansado cliché, sin embargo tal suposición esta imbuida en un aura poética de extremada tentación; el acto de componer versos durante la vigilia, aceptando la invitación que el silencio hace a la soledad del poeta, es de un innegable goce. Al estar sumido o rodeado por el silencio del exterior, se le dota al interior con la suficiente voluminidad para que logre el eco suficiente para quebrar la impuesta ignorancia con la que a diario se intenta acallar la mayormente tormentosa voz de la conciencia. Estando en una circunstancia de silencio es ineludible la confrontación con los más profundos temores, los más ocultos deseos y los más olvidados traumas, es debido a esa singular razón que la consciencia del poeta tiene una suerte de tormento con la que se debe de lograr un equilibrio para no sucumbir ante ella.
Volviendo a la experiencia personal que he obtenido debido al acto reiterado de componer poesía, debo de reconocer que ha sido desde terapéutico hasta catártico, pudiendo permitirme una exploración por ámbitos de mi pensamiento de los que ignoraba su existencia. Ha llegado a convertirse en una aliada indispensable en las tortuosas noches de inacabable insomnio, en un solicitado consuelo en medio de las conflictividades de mi humanidad y en el esencial instrumento que me ha permitido dar una profunda exploración psicológica a mi emocionalidad y a la aceptación del espectro completo de sentimientos que han surgido de las experiencias que eventualmente se han sucedido en mi existencia. Como conclusión solamente me queda expresar que el disfrute que he llegado a experimentar al momento de componer los versos que serán leídos a continuación ha sido de un gusto agradable, dándome entendimiento acerca de los secretos que solamente se obtienen luego de horas de dedicación, de repetidas lecturas y correcciones y sobre todo de sinceridad para con el ser dentro de mí.
Guatemala, 31 de agosto de 2019.
Prefacio del libro "Lirismo Romanticista".
lunes, 25 de octubre de 2021
Ensayo #1
Principios de mi Ácrata Concepción Interiorizada
El
puntapié inicial para poder lograr el establecimiento de un conjunto de
directrices que, en su equilibrada yuxtaposición, dirijan de manera
relativamente correcta las nociones de un pensamiento individual es clarificar
concisamente aquellos principios, iniciando por los filosóficos, políticos,
culturales, llegando inclusive hasta los estéticos, y los mayoritariamente
individuales como los psicológicos o empíricos. La práctica de este ejercicio
encuadrado dentro del marco dinámico del pensamiento permite sustentar las
ideas por las que se llegan a plantear tanto explicaciones, como soluciones
para los fenómenos y las problemáticas que llegan a aquejar, tanto internamente
como exógenamente. Las bases para dicha fundamentación pueden, y deben de tener
una considerable diversidad de ideas, nociones y axiomas, de las cuales echar
mano avocándose a la teórica dimensión que se ha ido acumulando a lo largo de
la historia, por lo que para poseer el suficiente grado de asimilación,
concreción y amalgamiento en el pensamiento es indispensable el estudio de la
mayor cantidad de fuentes bibliográficas, historiográficas y científicas para
tratar hallar un mínimo resquicio de apego con la verosimilitud de los eventos
que han condicionado las manifestaciones ideológicas sobre las que se sustentan
los sistemas filosóficos, políticos y culturales que han manejado la
interacción social de la humanidad. Así mismo también se hace necesaria la
consumación de una ingente cantidad de tiempo dedicada a la tarea académica de repaso
antes mencionada; pretender que el aprendizaje de una bibliografía acumulada
por siglos pueda llegar a ser mínimamente asimilada en un corto periodo de
tiempo raya en lo absurdamente imposible, ya que ni aunque se dedicaran las 24
horas de un día terrestre, durante lo variable cantidad de años que
promediamente una persona pueda llegar a vivir, sería tiempo suficiente para
poder afirmar que se posee la totalidad del conocimiento humano.
Este
aviso no debe de tomarse como un desaliento para toda aquella persona que
pretenda adentrarse dentro de las profundidades del conocimiento humano, a
pesar de su efímera y corta existencia, en términos cósmicamente temporales
encuadrados, es fascinante la tarea de asimilar las mayores cuotas posible de
conocimiento humano, evitando caer en la necesidad del ego por afirmar una
superioridad intelectual, y que esta abrume la necesidad del saber. La adopción
del conocimiento no debería de ser etiquetada como una especie de competencia
para alzarse por encima de los demás, y sobresalir a base a premios o
reconocimientos, muchos menos para procurar la engañosa adulación de sus
semejantes, o la servidumbre hacia aquellos a quienes la actividad intelectual
beneficie directamente, o aluda a sus ideas interiorizadas. La necesidad humana
de transcender la condición original bajo la que ha sido etiquetado para todo
individuo es ineludible, de manera variable es alimentada por las diversas
exigencias materiales, o de naturaleza metafísica, siempre apegadas a la
sistematización que maneje la economía de intercambio de bienes y servicios
necesarios para una calidad de vida que varía de clase en clase, junto con las
normas que regulen el valor de las mercancías, así como de la actividad
laboral. Junto con la necesidad de transcender se ha asociado la idea de la
consecución de dicho objetivo haciendo uso de todos los recursos posibles, y
cometiendo una diversidad de actos condicionados a estamentos morales
cuestionables y totalmente faltos de ética, olvidando la empatía hacia los
semejantes y hacía el entorno natural. Es innegable que el deseo de superación
y la autorrealización como impulsadores de la transcendentalidad humana ha
originado un progreso abrumador que ha llevado a la humanidad a convertirse en
la especie dominante del planeta, sin embargo, es necesario tomar en cuenta las
formalidades conductuales bajo las que se han formulado las dinámicas de
distribución y generación de la productividad y riqueza que dicho progreso ha
dejado.
Volviendo
a la noción principal de este ensayo, cabe recalcar que la consecución de un
grandioso amalgamiento ideológico de considerable nivel académico no es
sinónimo de infranqueable sustentabilidad teórica, o lo libra del hecho de ser
halladas falencias encuadradas en el marco epistemológico y ontológico de la
estructuración del pensamiento. Constantemente deben de revisarse las bases
teóricas para examinarlas y analizarlas, con el fin de apegarlas a los cambios
dados en el contexto socio-cultural que viva la persona en cuestión. En muchas
oportunidades se dará el hecho de que esta persona será sometida a un proceso
de confrontación hacia sus certezas ideológicas, del cual, aunque con irregular
resultado, se harán evidentes las fallas en la estructuración ideológica, por
muy variable que sea la magnitud de su caducidad. Tal confrontación será de
gran ayuda para ir reparando las fisuras existentes, no obstante, por muy
diminutas que sean nunca podrá librarse por completo de tales falencias. Otra
circunstancia que requiere de mención se da al momento de la adopción de dos o más
ideas o nociones contradictorias, o contrarias en uno o varios de sus
fundamentos, conseguir la conciliación entre sus diferencias buscando como
resultado el acoplamiento sin caer en falacias o contraviniendo entre sí los
discursos esgrimidos para defender dicha adopción, es una ardua tarea que
requerirá de una metódica praxis epistemológica y ontológica, que en la mayoría
de veces beneficiara a una idea o noción por encima de otra, o llegar al
extremo de tener que desechar una o más de dichas ideas.
En los consiguientes párrafos me enfocare en enumerar y dar la explicación necesaria a esos principios teóricos que he adoptado, con los cuales he ido estructurando mi pensamiento para interpretar y dar explicación al entorno que me rodea. Cabe la aclaración de que los principios que se enumeraran a continuación no son infalibles, ni tampoco permanecerán inalterables conforme mi pensamiento evolucione en base a la experiencia temporal. La transición a la práctica de estos principios es un proceso que aún se encuentra en desarrollo, con la posibilidad de que no llegue a concretarse a cabalidad, o al menos no al nivel que sería de mi completa satisfacción. Paso a enumerarlos.
Como primera condicionante viene la necesidad de identidad, la necesidad de autoafirmarme como X o Y ente. Por lo tanto, en mi condición de humano, me asumo como un ser pensante con la capacidad de la autoconsciencia en cuanto a los fenómenos manifestados en mi entorno. Sin embargo, que circunstancias me condujeron a asumirme de esa forma, o cuales son las resultantes de tal asumida condición. Para empezar la constitución de mi esencia ontológica es el producto de un conjunto de procesos transformadores que se han dado por el desplazamiento, la interacción y la manipulación de mi especie con la materia que compone su entorno. Por lo tanto, para construir los fundamentos de mi pensamiento debo obligatoriamente de supeditarme a las teóricas elucubraciones, epistemológicos alcances y metódicos descubrimientos realizados por aquellas personas que se interesaron en los campos de estudio existentes, o que existieron. Llegado a cierta edad surgió la inquietud por darle un basamento a mi pensamiento, un soporte que no hallaba en ninguno de los métodos de estudio a los que había estado sometido con anterioridad, por suerte para mis deseos intelectuales tuve al alcance de mi mano, una considerable cantidad de archivos bibliográficos dedicados a distintas ramas de la ciencia, personificados en la forma de libros. Por iniciativa propia me dedique a la lectura de muchos de estos libros, la mayoría de veces sin entender a cabalidad los conceptos que manejaban por tratarse de ideas y nociones de un nivel superior a mi entendimiento, sin embargo, proseguí con la autodidacta empresa que me había impuesto sabiendo que tal labor la desarrollaría por el resto de mi vida. Ya habiendo pasado aproximadamente 4 años desde ese inicio, sometiendo a la autocrítica, el nivel de entendimiento que he llegado a alcanzar a escalado considerablemente, pudiendo llegar a entender mínimamente libros que tratan sobre filosofía, historia, sociología, antropología, hasta llegar a otras temáticas tales como arte, estética, mitologías; todo sin olvidar la siempre necesaria literatura en forma de cuentos, novelas o poesía. Ese deseo inicial por el saber no ha menguado con el pasar de los años, sé que aún es muy temprano para considerarme un experto en alguna rama del conocimiento, incluso nunca me llegaría a considerar de tal forma, ya que dicha condición intelectual supondría una totalitaria sapiencia de la rama en cuestión, siendo esto imposible.
Conforme
fui asimilando ideas al ser consciente de su existencia, tanto por sus nociones
teóricas, como por sus resultantes históricas al haber sido llevadas a la práctica.
Me dedique a sopesar sus pros y contras, dándome cuenta que ninguna de ellas
poseía una dimensión de verdad absoluta que pudiera aplicarse a toda sociedad
existente sobre el globo terráqueo, y que seguir tales ideologías ciegamente,
elevándolas al nivel de dogma incuestionable, no era el rumbo que tomaría. Aunque
hago evidente mi simpatía hacia cierto número de ideologías, soy consciente que
al desplegarse prácticamente sus fundamentos han llevado a ser un instrumento
para el sometimiento de otros seres humanos, una disyuntiva que ha padecido
cada ideología llevada a la práctica sin excepción alguna. Esto debido al
segregamiento que estas causan, no obstante, las ideologías por si solas no son
las causantes de tales males, es el instrumento ontológico que estas han
necesitado para ser concebidas, hasta para ser puestas en práctica: el ser
humano. La especie humana reboza en imperfecciones y falencias, las cuales ha
buscado ocultar o disimularlas en base a su intelecto superior con respecto al
resto de especies animales con las que comparte el planeta. Desde mi
individualidad decidí que desterraría la necesidad de creer ciegamente en X o Y
idea, que adoptar una uniformidad en mi pensamiento sería constituyente de
obstáculos para alcanzar lo que consideraba una auténtica comprensión del
dinamismo humano en todas sus dimensiones existencialistas. Si bien seguiría
las directrices de ciertos movimientos y corrientes, no me dejaría abrumar por
el fanatismo, ni pregonaría una superioridad innata para con estas. Aprender el
componente emocional fue de suma importancia para concretar el objetivo antes
planteado, esto debido a que como ser humano estoy supeditado a padecer un
conjunto de emociones y sentimientos que son emparentados con las ideas que mi
entendimiento comprende.
Conforme
fui adentrándome a las distintas ramas del pensamiento, fui dándome cuenta de
que, aunque cada una de ellas daba su propio enfoque, con el que intentaban dar
explicación al cómo y por qué de los fenómenos, ninguna poseía una magnitud de
completa aplicación para cada vertiente o contexto eventual sucedida dentro del
recorrido temporal de la humanidad. Cada una a su modo, desde su particular
perspectiva fomentaba una serie de compendios teóricos cuyos alcances significativos
variaban en práctica realización. Una vez que leí algunos textos en donde se
describían los fundamentos de las mismas, al someter esos mismos fundamentos a
mi juicio crítico, y al tratar de asimilarlos con la dinámica realidad externa,
me convencí de que entre estas corrientes del pensamiento se daba una especie
de sentido de complementariedad, un tipo de rompecabezas en donde una vez se
unieran un considerable número de piezas llegaba a visualizarse una visión más
elevada en cuanto a las respuestas que
se intentaban hallar al ser establecidas las corrientes estudiadas. Por
supuesto que no poseo los conocimientos suficientes en cuanto a la totalidad de
estas corrientes, ni siquiera sobre la completa definición de las pocas
corrientes estudiadas, sin embargo, me atrevo a afirmar que al buscar la manera
de ir encajando las nociones epistemológicas se podrá hallar un sentido más
ampliado que permita alcanzar un grado de verosimilitud más elevado. Debido al
hecho de que todas las nociones estudiadas han sido formuladas por cúmulos de
pensadores aupados a diversos conjuntos de ideas que varían su relevancia
condicionadas por el contexto temporal y cultural que se halle en vigencia, de
esa misma forma variara la validación que cada corriente de pensamiento pueda
llegar a tener, padeciendo cada una de ellas de una etapa de prototípica
estructuración, para pasar por una época de florecimiento y consolidación,
hasta terminar cayendo en desuso sino es capaz de modificar sus estamentos, o
bien sometiéndose a un proceso de evolutivo desarrollo que se apega a los
cambiantes eventos, de donde se extraigan las renovadas ideas que condicionaran
el dinámico devenir del pensamiento humano, y con el cual se dé pie al germen
de los mismos eventos que engendren estas ideas, en un proceso de dependiente
complementaridad. Por lo mismo pretender juzgar las obras, los autores y los
códigos de conducta que dictaban la forma en que debían de darse las dinámicas
de convivencia de las sociedades humanas, con las normativas de otra época que
no sea en la que estuvieron vigentes, llegaría a caer en un absurdo intento de
evaluación, del que claramente no podrían cumplir con los estándares morales y
éticos de la actualidad, en la mayoría de los casos. Se hace necesario
salvaguardar las distancias temporales, socio-culturales, epistemológicas y
ontológicas al momento de proceder a realizar un análisis de las corrientes del
pensamiento habidas y por haber.
Regresando
a considerar mi inherente condición ontológica de ser humano, fui completamente
consciente de las ventajas, limitantes, obstáculos y desafíos que tal condición
me planteaba. Iniciando con las ventajas, podría enumerarlas comenzando con el
hecho, que párrafos antes describí como la circunstancia de poseer la autoconsciencia
de mi existencia, aunque catalogar tal hecho dentro de la categoría de ventaja
vendría siendo hasta cierto punto engañoso, ya que llegar a alcanzar este tipo
de autoconsciencia si bien me ha permitido consolidar un compendio de ideas y
nociones que se han constituido en un salvamento al momento de padecer un
sinnúmero de situaciones devenidas de la convivencia con mis semejantes, así
mismo me ha planteado unas serias desventajas para el desenvolvimiento de mi
persona en la sociedad en que ejerzo mi existencia, cayendo en una carencia de
sentido que me motive a continuar replicando muchas dinámicas sociales, incluso
orillándome a acumular pensamientos que podrían catalogarse como dañinos para
mi salud mental, siendo los catalizadores de la toma de decisiones erradas que
me llevaron a cometer actos, con los que dañe mi cuerpo y enferme mi
consciencia. Aquella persona que busque dedicar tiempo al estudio del
pensamiento humano, en la mayoría de los casos, tomara una especial
sobre-consciencia en cuanto a la insignificancia de su ser, convirtiéndose en
esta idea en la principal limitante para el elevamiento de su estructuración
cognoscente. No obstante, en el interior de esta idea de efímera existencia se
esconde el secreto para su superación, hallándose en la total aceptación de la
pequeñez humana en cuanto a su entendimiento y maneras de asimilarlo a su
entorno material. Una vez se deja de lado las desviaciones que se dan al
imbuirse en una altiva ensoñación plagada de falsa divinidad, se puede
continuar con rumbo ideológico trazado. A lo anterior mencionado se debe de
añadir que debido a que poseo la condición de ser gregario por obligada
imposición socio-cultural, todas las expresiones palpables e intangibles de mi
existencia se dan dentro de las dinámicas de una sociedad en específico con sus
contextuales peculiaridades engendradas por la sistematicidad ideológica,
política y económica que rija durante mi vigencia existencial. Esto supone el
tener que enfrentarme a los obstáculos exógenos que se me planteen en busca de
satisfacer mis inherentes necesidades humanas en el interior del marco
contextual que habito. Suponiendo la tarea de satisfacerlas en una rutina
diaria que llega a absorberme grandes cantidades de tiempo medible, enfocando
mis esfuerzos y empeño en realizar tareas que en la mayoría de ocasiones no
sumarían ninguna cuota de trabajo a la obra que pretendo dejar como legado de
mi existencia. Como una pieza más encajada dentro de la colosal maquinaria de
las sistematicidades inherentes a la correlación de fuerzas productivas, yo
debía de adquirir los medios para garantizar mi sobrevivencia enfocándome en
trabajos mal remunerados, por los cuales no llegue a sentir ninguna clase de
apego, debiendo de realizarlos por el simple hecho de que me daban la mínima
sustentabilidad que necesitaba. Absorbían gran parte de mi energía diaria, por
lo que al terminar la jornada laboral que debía de cumplir, me hallaba exhausto
y con el único deseo de reposar mi cuerpo, y desconectar mi consciencia atiborrada
de inútiles datos e información que nunca llegaría a necesitar fuera de las
instalaciones en donde laboraba. Prontamente caí en la cuenta de que para
sustentar mis inquietudes por el saber humano, debía de tener a mano la mayor
cantidad de tiempo medible para dedicarlo al estudio y la lectura, derivando en
que dentro la subjetividad de conceptos internalizada se cambiara radicalmente
la definición de la palabra “ocio”, la cual en épocas anteriores asociaba con
actos como la pérdida de tiempo, la falta de una rutina establecida, o la carencia
de disciplina y constancia, Redefiniéndose como una necesaria acción para que
mi consciencia pudiera desembarazarse de aquellas tareas que exigían su
concentración, cambiando el enfoque de su atención a el repaso de la mayor
cantidad de escritos y material del cual pudiera extraer ideas o nociones, que
me ayudarían a fundamentar las bases de mis pensamientos interconectados.
Mientras me adentraba a un nuevo rumbo de conocimiento se hicieron evidentes
las falencias que padecía mi poca sapiencia, no tarde mucho en darme cuenta el
bajo nivel que poseía en cuanto a los campos de estudio en los que estaba
adentrando. En un principio llegue a experimentar una claudicación en las
fuerzas para continuar con mi labor, no obstante gracias a que con anterioridad
tuve contacto con ciertas nociones de la filosofía oriental, más
específicamente una idea que rezaba de la necesidad del ego por alimentarse
para exaltar la autoestima de su receptor hasta llevarlo a tener la creencia de
su indiscutida superioridad, me repetí a mí mismo como un mantra, de que nunca
llegaría a alcanzar ningún tipo de omnisciencia en alguno de los campos de
estudio en los que enfocaba mi atención, al empeñarme en conseguir tal meta
inalcanzable, solo me conduciría a la decepción y consecuentemente al abandono
de mi labor. Liberándome de las presiones que mi propio ego me imponía, lo
relegue a un rincón oscuro de mi concepción interna, y me dedique a continuar
con el viaje epistemológico y ontológico que ocupara toda mi vida.
Conforme
iba incrementando la cantidad de conceptos aprendidos, tome consciencia de una
nueva eventualidad que se hacía cada vez más evidente. Como anteriormente
mencione de la multiplicidad de interpretaciones de la realidad objetiva, y
como esas variables desembocaban en la concepción de una diversidad de
compendios teóricos, que a su vez era las bases para la conformación de un abanico
de ideologías aplicables campos políticos, culturales, filosóficos, etc. Añadiendo
a la ecuación el factor determinante de poseer yo mismo, como ente pensante y
consciente, una singular interpretación subjetiva supeditada a la construcción
interna de mi juicio crítico, a partir de mis experiencias recabas a lo largo
de la interacción realizada en el interior de las dinámicas sociales de
intercambio comunicativo con mis semejantes, carácter innato, maneras de
comportamiento causadas por las vivencias de castigo o recompensa, en fin, mi
propia y única manera de ordenar las nociones que iba recolectando, y la forma
en las que las iba relacionando y encajando una con otra. Fue de esta forma,
que al enfrentarme a esta nueva faceta de la realidad, un tanto alejada de su
revestimiento de uniforme objetividad, que en mi entendimiento se concibió una
respuesta a la duda en cuanto al auténtico concepto o definición de la verdad,
siendo esta idea cognoscitiva una esquiva ilusión cultivada desde milenios, una
etiqueta autoimpuesta por aquellos que buscaban un aprovechamiento de las
rezagadas concepciones e interpretaciones de sus semejantes, en aras de
conseguir un beneficio material, o intangible, que derivara en la enfermiza
acumulación de cuotas de poder y bienes materiales. La verdad fue definida por
mi concepción consciente, como un estado de sapiencia inexistente, el cual
estaba fuera del alcance de cualquiera con la original esencia de ser humano. No
valdría la pena empeñar mis esfuerzos en alcanzarla, sería un desperdicio de
tiempo y atención. Para mi condición humana era asimilable una categoría de
conocedor a grandes rasgos del sentido de la existencia, sin ser capaz de
profundizar en sus profundos significados, nada más me quedaba armar las
respuestas complementarias que en mayor, o menor medida dieran tranquilidad a
interiorizadas interrogantes. La fascinación que las ideas y nociones que iba
adquiriendo se incrementaba, mis ansias por saber aumentaban, aunque
constantemente reflexionaba en las implicaciones que traerían para mi
consciencia el adquirirlas. De manera progresivamente lenta un proceso se
desencadeno en mi consciencia, al ser capaz de reconocer esas dinámicas de
implícita presencia, las cuales por haber permanecido el suficiente tiempo
cayeron en el ámbito de la normalidad, adquiriendo una connotación de
invisibilidad, y la incuestionable obediencia de los individuos que se
manejaban dentro de sus directrices. Fue ineludible para mi percepción conectar
las acciones, en apariencia aisladas, que componían el todo de la influyente
sistematicidad de mayor escala en sus alcances dinámicos. Aunque al ser
consciente de tal realidad imperceptible, no me desmarco de ser una pieza más
acoplada a su funcionamiento.
A
pesar de que la autoimpuesta encomienda por desentrañar las ocultas vicisitudes
de la existencia se vislumbre de compleja consecución, con la aparente libertad
de la elección, tome la decisión de dedicar parte de mi vida a tal labor, así
mismo asumo la brevedad de mi vigencia temporal la cual condiciona el alcance
de los resultados que pueda llegar a obtener. Sopesando las implicaciones de
dichas variables, he mentalizado y asimilado la idea de la insignificancia de
mi obra, haciendo que mi labor contenga una caracterización de implícita
inutilidad, tanto para la dinámica social contemporánea, como para el devenir
histórico inmutable. Ni decir de intentar sobrepasar de alguna forma a la
indiferencia manifiesta del entorno cósmico para con la existencia humana, o al
intentar incorporarla con la magnitud eterna del todo cambiante, implicando
ampliar las dimensiones teóricas de los fundamentos que llegue a utilizar,
recayendo en la culminación de una cadena de acciones que para el entendimiento
humano se torna imposible, haciendo inevitable la confluencia con la sensación
del absurdo que finalmente llegara a anular todo el empeño y esfuerzo que
pudiera llegar a dedicar. Por lo tanto, categorizar la labor impuesta como un
pasatiempo se torna como la decisión más plausible, en aras de mantenerla
indefectiblemente como una prioridad para mí. Al despojar a las conclusiones
teóricas que yo pudiera formular de la seriedad con la que otras culminaciones
teóricas han sido revestidas formuladas por otros pensadores, y verlas desde la
simplicidad de unos esbozos epistemológicos y ontológicos de un ser humano con
inusual gusto por el ocio cognoscente, las dotaran de una maleabilidad
conceptual que evitara sean tomadas como dogma, o tergiversadas para antojo y
beneficio de individuos, grupos o sistemas alejados de mis ideales filosóficos
y políticos.
Escribo este compendio de
ideas y nociones como un intento de permanecer para la posteridad, como un
desafío a la muerte para demostrar que tal estado de nulidad no significa la
total aniquilación del individuo. Así mismo actúo movido por el miedo más
arraigado dentro de mi emocionalidad, el pavor que me causa el olvido, saber
que durante lo que duro mi vida no haya sido capaz de crear o concebir una
mínima idea u obra, por la que valga pena ser recordado. Resistiendo dentro del
mar de consciencias que componen mi entorno fraternal, espero que algunas pocas
de ellas lleguen a captar los mensajes que intento transmitir, y que estos puedan
llegar a ser de utilidad para su propia búsqueda interna por un sentido. Plasmare
a través de todos los medios que sea capaz de utilizar, las nociones que se
formulen en el interior de mi dinámica consciencia, encuadrándolas dentro de
los soportes que faciliten su difusión, manteniendo el sentido estético que
nazca de mi sensibilidad. Este blog se convertirá en el reflejo de lo que mi
consciencia al ser influenciada por la magnitud vital, llego a ser, en donde
procurando alargar su vigencia transmutará su formalidad esencial pasando a
coexistir en una realidad virtual de desconocidas proporciones, dotando de
realismo a la profética idea de la trasferencia de la consciencia humana a un
soporte virtual para evadir la mortalidad. Carente de aspiraciones económicas,
o de autorrealización egocéntrica, simplemente anhelo que mis pensamientos e
inquietudes lleguen a ser leídas en la perpetuidad que la dimensión virtual lo
permita.
-
Retórica del Pensamiento Emprendedor Latinoamericano - Part. 1 Dentro del imaginario colectivo latinoamericano contemporáneo se hallan prese...